XIX JORNADAS PARA LA RECONQUISTA DE LA UNIDAD CATÓLICA DE ESPAÑA
CELEBRACIÓN EN LAS VIGÉSIMAS
JORNADAS DE LA UNIDAD CATÓLICA DE ESPAÑA
José Fermín Garralda Arizcun
Zaragoza, 18 y 19 de abril de 2009
“Yo pasé
junto a ti y te vi agitándote en tu sangre. Y te dije, cuando estabas en
tu sangre: “Vive”, y te hice crecer como la hierba en los campos. Tú
creciste, te desarrollaste, y llegaste a la edad núbil (…) Extendí sobre
ti el borde de mi manto y cubrí tu desnudez; me comprometí con
juramento, hice alianza contigo –oráculo del Señor Yahveh- y tú fuiste
mía. Te bañé con agua, lavé la sangre que te cubría, te ungí con óleo”
(Ezequiel, cap. 16, 6-9). Nor
Jaungoikoa aña? ¿Quién como
Dios? (San Miguel de Excelsis. Monte de Aralar, Navarra,
España) SUMARIO: 1. Los mejores parabienes en la apertura de las XX
Jornadas de la Unidad Católica de España. 2. Una llamada: “venid y veréis”. 3. Con el gozo de la celebración y la alegría,
estas vigésimas (XXª) Jornadas son muy especiales. 3.1. La primera celebración son los 70 años de la
Victoria. 3.2. La segunda celebración son las
bodas sacerdotales de don José Ignacio Dallo Larequi. 3.3. La tercera celebración es el nº 600 del
quincenal “Siempre P’alante”. 4. La cuarta celebración: las vigésimas Jornadas de
la Unidad Católica de España: Toledo 1989 – Zaragoza 2009. 4.1. ¿A quien se dirigen? 4.2. ¿Qué se ha defendido en las veinte Jornadas
anuales? 4.3. Ir a la raíz de los males 4.4. Paralelismos laicistas entre la II República
revolucionaria (1931-1939) y la actualidad: ·
Seis paralelismos fundamentales ·
Cuatro diferencias. 5. Colofón
Con su permiso, don Jaime Serrano de Quintana, Presidente en
funciones de la Junta Nacional para la Reconquista de la Unidad Católica
de España, Junta que nos convoca esta vigésima vez y de forma
ininterrumpida desde 1989. Con el suyo también, don José Ignacio Dallo
Larequi, director del quincenal navarro católico "Siempre P'alante",
coordinador y organizador de estas Jornadas de seglares católicos
españoles. Tengamos un
recuerdo especial por nuestro presidente de seglares por la Unidad
Católica de España, don Alberto Ruiz de Galarreta (seud. Manuel de Santa
Cruz), que no ha podido asistir por motivos de salud, y que desde 1989
hasta 2007 ha estado presente sin interrupción en las Jornadas de la
Unidad Católica. Pidamos a Dios por su pronta recuperación. Nuestra
colaboración tiene un carácter histórico en lo que se refiere a las XX
Jornadas analizadas. Adquiere tonos de ensayo en relación con el
significado de las vigésimas Jornadas de seglares católicos por la
Unidad Católica, los males morales y religiosos actuales en el ámbito
público-político, y la relación entre a la situación actual de España y
la IIª República. Queridos
amigos: 1. LOS
MEJORES PARABIENES EN LA APERTURA DE LAS XX JORNADAS DE LA UNIDAD
CATÓLICA DE ESPAÑA: Nuestra BIENVENIDA a los seglares de Madrid puestos
bajo la advocación de Ntra. Sra. de la Almudena, a los de Valencia bajo
el amparo de Ntra. Sra. de los Desamparados de Valencia, y a la Unión
Seglar de San Francisco Javier de Pamplona. Bienvenidos también los amigos de “Gerona Inmortal”
y la revista “Empenta”, y nuestras queridas Misioneras de las Doctrinas
Rurales, tan generosas por su asistencia y en el mucho trabajo que
desarrollan por la Causa de Dios. Bienvenidos
todos vosotros, amigos muy queridos, perseverantes durante los últimos
20 años, desde que en 1989 realizasteis el juramento de la Unidad
Católica en la bendita cripta del alcázar de Toledo, donde os
comprometisteis a reuniros todos los años, y, en consecuencia, a
trabajar día a día por el reinado social de N. S. Jesucristo. A trabajar
por la reconquista de la confesionalidad católica de los poderes civiles
–del Estado se llama hoy- y de la unidad católica por lo que respecta al
proselitismo y culto externo de las religiones falsas en España. La
verdad es que este santo impulso viene muy de atrás, de las raíces
mismas de nuestra querida patria que es España, de nuestra tradición
católica y a la española. Agradecemos
a las Hermanas Nazarenas, misioneras eucarísticas de Nazaret, y los
cuidados de la Hna. Bernarda, por su entrañable acogida en esta bella
casa junto a El Pilar de Zaragoza. Hoy día,
todo el mundo anda en crisis -¡y menuda crisis!-, pero yo os aseguro
que, reuniéndonos aquí,
nuestra alma y nuestro corazón no están –a Dios gracias- en crisis.
Nuestro propósito es convencer a los españoles que su salvación como
ciudad, y en buena parte como individuos y familias, está en la
Cristiandad. Nuestra
felicitación a quienes llevan su corazón en un amplio vuelo desde
Covadonga hasta Montserrat, desde Ntra. Sra. de Begoña y la Bien
Aparecida hasta la Virgen del Rocío. Nuestra felicitación también a
quienes mantienen el santo ideal en
Hispanoamérica, desde Miami hasta Buenos Aires, donde se irradia
“Custodia de la Tradición Hispánica”, revista dirigida por el Excmo. Sr.
Bernardo P. Lozier Almazán. Desde aquellas tierras del Nuevo Mundo donde
las águilas del Colorado hacen un alto y bello planeo que señorea la
tierra evangelizada por Fray Junípero Serra, y donde el cóndor de los
Andes otea la bella planicie donde se reza a Ntra. Sra. de las Pampas
argentinas, o la inhóspita “Tierra de Fuego” de Magallanes y Sebastián
Elcano. 2. UNA
LLAMADA: “VENID Y VERÉIS” ¿Verdad que venimos gozosos a estas XX Jornadas con
la fe en Cristo muerto y resucitado? ¿Verdad que
venimos con una profunda alegría y serenidad en el alma, aunque algo
cansados y quizás compungidos a los pies de Ntra. Sra. del Pilar, como
Santiago, el “hijo del trueno”, el “matamoros”, el de Compostela? Venimos con
las llagas de la lucha durante el pasado año, y a fe mía que por la
gracia de Dios hemos luchado, aunque veamos que en muy poco tiempo el
mal se ha acelerado más allá de lo sospechado. Nuestra lucha no es por
vanidad sino por deber y por amor a Dios y a los hombres en Él. Venimos muy
doloridos por la hecatombe que están sufriendo España, los españoles,
cruel venganza de la masonería internacional por su Victoria de 1939,
venganza planteada ya en 1936 según Mons. Zacarías Vizcarra (1) y las
memorias de Eugenio Vegas Latapie (2). Porque esta hecatombe tiene
muchísimas víctimas en los ámbitos espiritual, cruento y material. Venimos con
un agudo dolor por el derrumbe de la fe católica y la moral natural más
básica en los ámbitos público y privado de nuestro pueblo, causado por
los malos ambientes tolerados y promovidos, por las pésimas leyes
impulsadas, queridas y
consentidas, mantenidas de hecho o toleradas según el caso. Buscamos
ayuda en El Pilar de Zaragoza, porque las masas católicas siguen
engañadas por el llamado liberalismo moderado que entregó la Unidad
Católica y después la confesionalidad católica de los poderes civiles,
para caer en el engaño de un
imposible “Estado neutro”, del nihilismo y el relativismo
institucional, del inicial “prohibido prohibir”, de otro tipo de
“confesión” del Estado sin Dios e inversa a la católica. Dicho
liberalismo apoya el laicismo en su fase moderada o naturalista (un
imposible neutral ante N.S. Jesucristo), que después anula y destruye la
familia, y bajo su imperio aniquila cientos de miles de vidas de no
nacidos. Pedimos a Dios que haga astillas el árbol maldito del
liberalismo, que pretende colocar la voluntad del hombre en el trono de
Dios. Venimos con
Santiago de Compostela ante Nuestra Señora. Ella se le apareció como
Madre, en carne mortal e irradiando una pacífica e irisada luz, sobre un
bendito pilar, aquí, a orillas del río Ebro. Por eso nuestro corazón
descansa junto a de Ntra Señora, que vive para siempre junto a Su Hijo
resucitado. Y junto a la Señora, están los hermanos buenos. Benditos
seáis todos los que habéis venido y otros muchos que están aquí de
corazón. Benditos… No quiero hablaros como doctor en Historia ni como
profesor -como otras veces-, sino como testigo de estos XX años de
Jornadas de la Unidad Católica. Me acuerdo claramente de nuestro refugio
y juramento de la Unidad Católica en el alcázar de Toledo, allá en 1989,
50 años después de la Victoria y en el nuevo centenario de la
emblemática fecha de 589. 3. CON EL
GOZO DE LA CELEBRACIÓN Y LA ALEGRÍA, ESTAS VIGÉSIMAS (XX) JORNADAS SON
MUY ESPECIALES. Venimos gozosos de la mano de nuestros compromisos
del juramento de Toledo. Venimos gozosos de saber qué tenemos que decir
a la sociedad para que esta cambie la amargura actual por aquella
felicidad que se pueda tener en esta tierra, para luego poder alcanzar
la vida eterna. Venimos gozosos por cuatro celebraciones: Los 70 años de la Victoria de España sobre el
marxismo y lo que condujo a él. Las bodas sacerdotales de don José Ignacio Dallo
Larequi. El nº 600 de “Siempre P’alante”. Las XX Jornadas anuales y consecutivas de la Unidad
Católica de España. 3.1. LA
PRIMERA CELEBRACIÓN SON LOS 70 AÑOS DE LA VICTORIA La Cruzada española de 1936-1939 fue la Victoria
sobre el marxismo y sobre lo que condujo a él. Si esta victoria fue
convulsa, mañana la victoria puede ser de otra manera. Por eso, es bueno
saber que lo hoy día falta es fe sobrenatural porque se reza muy poco, y
el trabajo duro del vendimiador. No
revolvemos los dolores y heroicidades del pasado. Eso lo hace la falsa
“memoria histórica” del actual Gobierno PSOE, así como la masonería y el
marxismo ayer infiltrado en la educación privada, concertada o pública,
sea con Gobiernos de derechas o izquierdas. Ambos hacen su revancha
particular por odio quizás y siempre por rentabilidad política. Sin
embargo, no callamos debiendo hablar, ni aceptamos las tesis del
enemigo, o disimulamos por cobardía ante el engañoso cambio actual
(cambiazo o trucaje) de la “memoria histórica”. Para evitar ignorancias
hoy, ¿sabéis qué decía el jefe de los “golpistas” (técnicamente fue un
pronunciamiento) republicanos de Jaca en 1930?: “Como
Delegado del Comité Revolucionario Nacional, a todos los habitantes de
esta Ciudad y Demarcación hago saber: Artículo único: Aquel que se oponga de palabra o
por escrito, que conspire o haga armas contra la República naciente será
fusilado sin formación de causa. Dado en Jaca a 12 de Diciembre de 1930. Fermín
Galán”. La IIª
República fue beligerante y anticristiana, y la revolución de Asturias
de 1934 fue el intento de instaurar el comunismo soviético. En adelante,
las fuerzas revolucionarias irán creciendo, paralizando el país,
obligando a convocar unas nuevas elecciones el 16-II-1936. Nosotros
sabemos que: “(...) La
guerra de España fue la primera batalla librada en defensa del Occidente
contra la barbarie y la esclavitud. Fue la más diabólica de las batallas
por ser la más pura: ninguna política de hegemonía, ninguna anexión
mezclaban su veneno al enfrentamiento de dos concepciones de vida, de
moral y de civilización” (Maurice Bardeche) (3). El inicialmente transigente Pacelli, siendo ya el
Pío XII que tanto amó a España, saludó el final de la Cruzada diciendo: "Los
designios de la Providencia se han manifestado una vez más sobre la
heroica España. La nación, elegida por Dios como principal instrumento
de evangelización del Nuevo Mundo y como baluarte inexpugnable de la fe
católica, ha dado a los prosélitos del ateísmo materialista de nuestro
siglo la más elevada prueba de que por encima de todo están los valores
eternos de la religión y del espíritu". En adelante, el momento culminante y gozoso para la
Iglesia en la España contemporánea será el Concordato de 1953, y cuando
los Principios Fundamentales de 1958 proclamen: "La nación española considera como timbre de honor
el acatamiento a la Ley de Dios, según la doctrina de la Santa Iglesia
Católica, Apostólica y Romana, única verdadera e inseparable de la
conciencia nacional que inspira su legislación". ¿Qué ha
pasado después? El 15 del presente mes de abril, Javier Nagore Yárnoz lo
resolvió en su conferencia
impartida en Pamplona (4): “Pasó que cuando lo bueno se corrompe viene lo
pésimo. Hubo una crisis en la Iglesia, provocada por parte de quienes
interpretaban el Vaticano II de una forma inadmisible, contraria a la Fe
católica. Al fin se ha llegado a confundir el bien con el mal. Desde
entonces los buenos hemos vivido de buenas rentas. Hemos asistido a un
proceso de desintegración de virtudes y valores. Hoy estamos en una
confusión tal que hasta se quieren cosas contradictorias. También la
virtud de la fortaleza ha sido desintegrada. Por eso, es preciso
recuperar el espíritu de Cruzada, aunque hoy no se nos pide eso, por
ahora. Nosotros sabemos la dirección. Sabemos qué hay
detrás de nosotros. Sabemos a dónde vamos. La cobardía no es un
sustituto del valor. Hoy no se puede ser pacifista, sino pacífico. Paz a
los hombre de buena voluntad, sí, pero ¿pueden tener buena voluntad
quienes atentan contra Dios? En conclusión: preparemos el camino para que la
nueva generación vuelva al sentido común”. Bien está
esto, aunque más podríamos decir. 3.2. LA
SEGUNDA CELEBRACIÓN SON LAS
BODAS SACERDOTALES DE DON JOSÉ IGNACIO DALLO LAREQUI. Se lo vamos a repetir, don José Ignacio (5). En
nombre de todos: mil felicidades en sus Bodas de Oro sacerdotales, por
ser Vd. como es, por su entrega en el silencio del Getsemaní, por su
simpatía, su paz y apertura en el amor. Nuestro más hondo agradecimiento
a su fidelidad y trabajo apostólico, es un gran abrazo a voces. Vd. tiene
que ser muy feliz por las gracias que ha recibido del Señor, por su
fidelidad y valentía en defender el Sacramento de la Penitencia como
N.S. Jesucristo lo instauró. Le deseamos perseverancia, paciencia, y no
perder el ánimo, para lo que tiene todo nuestro apoyo. Feliz también Vd.
por predicar la realeza de N.S. Jesucristo, Rey del Universo, según la
Quas Primas de Pío XI y la tradición universal. Sepa, don
José Ignacio, que después del Viernes Santo, hubo tres días de sepulcro
para llegar a la Resurrección. Y que ya en esta tierra saboreamos la
feliz Resurrección. Por eso, Vd. tiene que saborear sus 50 años de
sacerdocio. ¡Toda una vida consagrada a la Iglesia, a los hijos de la
Iglesia, y si no… aquí nos tiene a nosotros como “resto de Israel”! En Vd. vemos también a quienes le han dado un vaso
de agua en el arenal: en primer lugar a sus padres, a sus hermanos los
sacerdotes, pero también a muchos seglares que se unen a Vd. para
convertir la vida en un precioso ramo de flores del más cuidado jardín. Si en 1995
las Jornadas homenajearon sus
esfuerzos, ¿qué no sentiremos ahora en sus Bodas de Oro
sacerdotales? 3.3. LA
TERCERA CELEBRACIÓN ES EL Nº 600 DE “SIEMPRE P’ALANTE” SIEMPRE P’ALANTE, porción activa y fiel de la
sociedad y de Nuestra Santa Madre la Iglesia diocesana porque Católica,
es (6): ·
Ocasión de oración donde se reza. ·
Periódico de recepción entrañable. ·
Lagar donde se destila lo mejor de la vida de su querido director
don
José Ignacio Dallo. ·
Ramillete de flores en medio del extenso erial. ·
“La Avalancha” de virtudes de nuestros días. ·
Vivo en la nostalgia y por la virtud teologal de la Esperanza. ·
Testigo de la fe católica en la Iglesia de hoy. ·
Testimonio para el hombre moderno ante Dios y la Historia. ·
Notario de la memoria histórica. ·
Expresión de la pequeña grey en alerta, de un “resto de Israel”,
que a
veces tiene desgarros que quisiéramos contener. ·
Detector de malos frutos en el árbol malo. ·
Ardoroso con la Fe puesta en la Causa de Dios. ·
Puñado de esforzados centinelas. ·
Soldado de nobles ideales. ·
Fuerte ante los traidores y benévolo para quien reconoce su
flaqueza. ·
Prensa libre con diversidad de posiciones temporales todas ellas
antiliberales. ·
Norte que sobrevuela con tendencia siempre hacia arriba y vastos
horizontes. ·
Oteador de luminosos horizontes y estratega que sobrevuela las
batallas
que libra. ·
Amigo del hermoso combate... en el que la política no sólo es una
cuestión técnica sino sobre todo moral. ·
Alcázar testigo como la quebrada del Tajo. ·
Escorial berroqueño. ·
Soldado de la abjuración de Recaredo. ·
Asentado sobre el Pilar, roca de Fe, umbral de Esperanza...
donde el
fuego brilla. ·
Defensor del Derecho natural objetivo, del sentido común, aunque
se diga el menos común de los sentidos, de la
presencia de Dios en las leyes y labores de Gobierno, del Reinado Social
de N. S. Jesucristo, de la confesionalidad católica de los poderes
civiles en España, y de la unidad católica social y jurídica. Repetiría lo dicho en Zaragoza el 18 de abril de
2004, con ocasión del nº 500 de “Siempre P’alante”. Es una esperanza, un
deber y un gozo celebrar el nº 600 de uno de los pocos medios de
comunicación con voz libre, fundado en el Reinado Social y universal de
N. S. Jesucristo. Todo lo que se desvíe de este objetivo central es
secundario y si lo contradijese debiera de ser borrado. También es admirable la unidad fundamental de dicha
revista quincenal, que engloba del número 1 al 600, así como su preciosa
factura e impresión, y la profundidad de contenidos de cada número. Ello
se debe, en buena medida,
tanto a su director como al publicista e historiador don Alberto Ruiz de
Galarreta. Con la afirmación rotunda de la tesis a aplicar en España
conforme al deber ser universal y a las condiciones bautismales de los
españoles, don Alberto (Manuel de Santa Cruz) es modelo de concisa e
incisiva pluma, y discípulo de grandes periodistas (7). Ante estas
tres celebraciones venid, descansad y celebrad, que aún nos queda el
cuarto motivo de nuestra cuajada celebración. 4. LA CUARTA CELEBRACIÓN: LAS VIGÉSIMAS JORNADAS DE
LA UNIDAD CATÓLICA DE ESPAÑA: TOLEDO 1989 – ZARAGOZA 2009. 4.1. ¿A
QUIEN SE DIRIGEN?: Las Jornadas de seglares católicos se dirigen a
todos los laicos o seglares, al
“resto de Israel”. Pero también a la Iglesia docente y
jerárquica, a quien obedece y a quien suplica la explicación del
Magisterio de la Iglesia, universal y pleno, y a su querido clero, a
quien le pide al menos la misma entereza que tienen los seglares más
entregados. Se dirigen al entendimiento porque el problema
ambiental, social y político de hoy es una cuestión eminentemente
doctrinal, moral y teológica. Se dirigen
a las demás potencias del alma, pues son un parón para seguir el trabajo
anual. En las Jornadas se habla, se hace amistades, los asistentes se
alegran y se perdonan, y rezan para luego actuar. Pero deben actuar
unidos. Las
Jornadas también se dirigen –y esto es una crítica- a los que se tienen
por “ilustrados y prudentes”, que convierten al Estado en un ente
administrativo, alejándolo de la moral, reduciéndolo a un contrato de
intereses personales… ignorando que sobre él recae una ineludible
responsabilidad por el Bien Común. No en vano, el Estado debe fundarse
en Dios y en el derecho natural, y concretamente, en España, aplicando,
ya, la realeza social de Cristo y la revelación divina en lo que
corresponda (8). De por sí, todos los bienes supremos de la vida se
basan en principios que no debieran de ser votados sino proclamados,
como anteayer recordó Javier Nagore en su conferencia impartida en
Pamplona. Nuestros contertulios, con abundantes títulos y cargos un
tanto endogámicos, no se enteran o no quieren enterarse. Se dirigen –y es una nueva crítica- a los seglares
que han ganado alguna cátedra y mientras tanto han pedido la calle. A la
gente de pelucón blanco ayer y gomina hoy, de salón, café o tertulia. A
quienes por conservar ya sus influencias ya sus compromisos de grupo o
partido, no salen a la luz pública y política, y dejan este campo a “los
que –según ellos- ya nada tienen que perder”. Se dirigen,
con ferviente ánimo, a los estudiantes y la juventud en general que, de
ser arrojada y activa, tanto el liberalismo como el eterno retroceso en
las trincheras de quienes se creían buenos, la han convertido en
timorata, desorientada y pasota. Se dirigen
a quienes “cucamente” han suprimido los ideales por pragmatismo y un
bajo vuelo, y sin embargo critican las desuniones y divisiones internas.
Claro que ellos no hacen nada. Se dirigen
a quienes, quizás por inexperiencia, confunden el apostolado en su
amplio y extenso sentido con el apostolado de confidencia que no sale de
la intimidad del alma, o del ámbito parroquial, aunque ambos siempre
sean necesarios y hasta nucleares. Estas
Jornadas pueden dirigirse a quienes piensan reclamar el voto en las
elecciones europeas de junio pero son incapaces de unirse en una
plataforma con otros que desean básicamente los mismos principios no
negociables. ¿Por qué no unirse todos en una alianza electoral? Si no
ocurre así, ¿por qué se va a preferir a uno sobre otro candidato? ¿No es
la desunión un escándalo y uno de los signos nefastos de los españoles?
¿No deja el terreno político al liberalismo corruptor? No diré más. Lo
dejo a la consideración de los asistentes. 4.2. ¿QUÉ
SE HA DEFENDIDO EN LAS VEINTE JORNADAS ANUALES? Las veinte jornadas anuales se han caracterizado
por una fuerte vocación social y política cristiana. Quisieran tener un
parecido a los Congresos Católicos Españoles de finales del s. XIX y
comienzos del XX, a las Ligas católicas y las asambleas de la Buena
Prensa de comienzos del s. XX, aunque los seglares actuales actúen bajo
su exclusiva responsabilidad y sin comprometer a la Iglesia.
Afortunadamente, la verdad y la Iglesia ya están comprometidas, y el
hecho de hacer microhistoria no debe desanimar a nadie, pues Dios
trabaja con lo dócil y pequeño, y hasta lo minúsculo y despreciable a
los ojos humanos. En las XX
Jornadas los temas se trenzan y forman una armónica unidad. Desde las V
Jornadas hasta la presente se ha concretado un tema general que aglutina
todas las conferencias y otras participaciones. Ello se ha debido, en
gran parte, a los desvelos de Manuel de Santa Cruz, sucesor del
inolvidable Julián Gil de Sagredo, y presidente desde las octavas
Jornadas de 1997 hasta las actuales. Cada año se
trata el tema más candente del momento y siempre el catolicismo y el
liberalismo muestran su radical oposición. Este es el tema de las
Jornadas presentes: “Los católicos españoles contra el laicismo
(1939-1989-2009). 70 años de la Victoria”. Estas Jornadas parecen ser la
“guinda del pastel”, pues están implícitas en todas las anteriores, ya
que el laicismo -radical o moderado-, es la herejía del liberalismo. En las
sucesivas Jornadas (9), se ha explicado qué es la Unidad Católica (1989,
1991) en sí misma y en España, como tema central y recurrente. Se ha
juzgado, en relación con dicha Unidad Católica, la actuación de las
actuales religiones falsas, y al liberalismo, que es pecado y una
pseudoreligión política. Se ha analizado la relación de los católicos
españoles con la política, con la violencia, la oposición entre
Cristiandad y mundialismo, y cómo debe ser la propagación actual de la
fe. Se ha tratado sobre la relación de los católicos con los católicos
extranjeros, la europeización de España como factor de su
descristianización, los asuntos pendientes en la vida pública, cómo ha
sido la vida pública española de los católicos durante el último cuarto
del siglo XX, qué es el patriotismo tradicional español, qué decir de la
Constitución de 1978, qué hacer ante el despliegue actual del Islam en
España, cómo deben movilizarse los seglares, qué pedir a nuestro querido
Papa S.S. Benedicto XVI en su visita a España en 2006, y el juicio de
los jornadistas sobre la memoria histórica
y el bicentenario de la invasión napoleónica. Este año 2009 el
tema es de síntesis, pues el principal enemigo de la Cristiandad es el
laicismo. Las
conferencias han sido publicadas numerosas veces en papel y no sin
grandes esfuerzos. Así, pueden consultarse un dossier sin encuadernar
para los años 1993, 1994, 1996, 1997 y 2001 y, el mismo formato de
dossier pero bien encuadernado, en los años 1998, 1999 y 2000. Ahora, la
impresión no es necesaria gracias a los medios digitales (también se
publica en este formato y en papel “Siempre P’alante”), gracias a la
dedicación, saber y generosidad de don José Luis Díez (Madrid). En relación
con el carácter científico de las Jornadas diremos lo siguiente. Hay
aportaciones históricas y de materia educativa, filosóficas y
teológicas, que tienen un indudable carácter expositivo e incluso
argumentativo de naturaleza científica en base a fuentes primarias o
secundarias. Otras ponencias son más subjetivas, tienen diversos
apriorismos y presuposiciones, y son más propias de testigos con una
mayor o menor vehemencia, lo que varía según el tema y el autor. 4.3. IR A LA RAÍZ DE LOS MALES Por mucho que pase el tiempo, el faro de la verdad
es inmutable, y las necesidades más profundas son idénticas, aunque
cambien los accidentes y la forma de llegar al interlocutor. El Syllabus
de Pío IX sigue en pie, y como tal lo muestra el Catecismo universal de
la Iglesia Católica. El lenguaje dogmático es y debe ser fijo, mientras
que el lenguaje pastoral lleva el “deber ser” más al corazón. Afirmando
ambos lenguajes, cada orador tiene sus habilidades expositivas. Decían que
“en la época actual no es necesario ya que la religión católica sea
considerada como la única religión del Estado, con exclusión de todos
los demás cultos” (Syllabus prop. 77), y al fin se constata que con UCD
y el PP la religión católica ha ido sufriendo los embates ya desde el
Estado, ya –como consecuencia del ejemplo de las instituciones públicas-
desde las oligarquías sociales descreídas, todo lo cual ha culminado con
la política sectaria en el Gobierno de España, varias CC.AA. y
Ayuntamientos. Decían que
la neutralidad garantizaba la libertad, y con esta falsa neutralidad, es
decir, con la impiedad de poner a Dios, a Cristo y a su Iglesia al mismo
nivel que los errores, arrebataron a N.S. Jesucristo -a la Verdad,
garantía de la verdadera libertad-, sus sagrados derechos, perdiéndose
incluso para el hombre la propia imagen del hombre, imagen visible de
Dios invisible. ¿Queremos ser felices y hasta prósperos?: pues es
necesario mirar al Dios Encarnado y dejarse mirar por Él. Decían que
una supuesta y falsa “neutralidad” garantizaba la libertad, y ahora el
Estado impone la EpC, que anula los derechos y la libertad de los padres
e hijos, de los profesores y centros educativos. De una falsa e
imposible neutralidad, se ha pasado a que el Estado opte por lo malo y
lo imponga a la sociedad. Decían que
“es de alabar la legislación promulgada en algunas naciones católicas,
en virtud de la cual los extranjeros que a ellas emigran pueden ejercer
libremente el ejercicio público de su propio culto” (Syllabus, prop.
78), y ahora se aprecia que la avalancha de extranjeros acatólicos no
sólo rompe la unidad católica en la sociedad, sino que impone una mal
llamada “neutralidad” por la que se arranca de las escuelas, centros de
sanidad, ayuntamientos etc. los signos religiosos del Crucificado. Y
además, no es difícil que los acatólicos que llegan a tierras hispanas
quiebren de diversas maneras la comunidad cívica y la unidad de
convivencia y legislación. Decían que “es falso que la libertad civil de
cultos y la facultad plena, otorgada a todos, de manifestar abierta y
públicamente sus opiniones y pensamientos sin excepción alguna conduzcan
con mayor facilidad a los pueblos a la corrupción de las costumbres y de
las inteligencias y propaguen la peste del indiferentismo” (Syllabus
prop. 79), y ahora el poder civil prohíbe, legisla, y regula casi todo,
asistiendo el ciudadano al indiferentismo, al relativismo, y al
nihilismo de las instituciones públicas, lo que arruina la civilización
occidental y la razón y ser de la Patria española. Decían que
“el Romano Pontífice puede y debe reconciliarse y transigir con el
progreso, el liberalismo y la civilización moderna” (Syllabus prop. 80),
entendiendo por tal los sistemas inventados para debilitar y tal vez
destruir a la Iglesia, y ahora se ve que la Iglesia y los cristianos son
perseguidos por los que actúan como si fuesen hijos de la mentira, que
ayer aprovecharon el igualitarismo para medrar ellos y perjudicar a la
Iglesia, y ahora aprovechan el poder del Estado para expulsar a Ésta de
la sociedad y arrebatar la patria potestad de los padres, y hasta las
conciencias de los hijos con ese bodrio llamado “Educación para la
Ciudadanía” (o la tiranía). Estas
cuatro cosas que decían y dicen ya fueron rechazadas en el Syllabus.
¡Cuánta razón ha mostrado tener Pío IX! Al
liberalismo radical se ha llegado desde el liberalismo moderado. La
doctrina católica es el único valladar lógico y real ante los errores
liberales y socialistas. Dicho de otra manera, el liberalismo moderado
es la causa del liberalismo radical, y la separación de Iglesia-Estado,
rechazada mil veces por la Iglesia, es la causa de la inclusión de la
Iglesia en el Estado ateo. Por eso, ambos errores –la separación e
inclusión- sólo se pueden corregir desde la unión Iglesia-Estado, al
estilo y en la forma como siempre la Iglesia lo ha querido. Laicismo,
laicidad, secularismo, todo es lo mismo si supone una mayor o menor
independencia de las criaturas respecto a su criador y redentor, un
naturalismo, una secularización. ¡Con razón
Juan XXIII y Pablo VI ensalzaron la unidad católica de España! ¡Cómo la
echaría hoy en falta cualquier buen gobernante! ¡Cómo la desearían hoy
los laicistas, aunque en un sentido inverso! Hoy día, al no existir
unidad religiosa, la unidad social y hasta política se resquebraja
llegando a extremos de verdadera degeneración en España. Legislar
resulta muy difícil. Tener un proyecto de bien común parece imposible.
Siempre una parte se impone a la otra. Y una imposición subjetiva
siempre se ve por los demás como opresión. Desde luego, cada vez es más
frecuente que se quiera oprimir la libertad de la Iglesia desde
posiciones presentadas como objetivas aunque desde luego sean muy
erróneas. Por otra parte, una política de vuelo bajo transforma los
anhelos más nobles y elevados en una limitada perspectiva de aves de
corral, carentes de ideales y metas más allá de la propia utilidad
inmediata. ¿No se echará en falta en España aquella unidad católica
perdida en la ley de libertad religiosa de 1967? No es
momento de lamentarse. Es indispensable conocer la raíz de los males,
que los católicos seglares denunciaron en la clandestinidad eclesial
allá en 1989. La Unidad Católica no pudo ser celebrada en la catedral de
Toledo, pero lo fue en la cripta del glorioso Alcázar sobre la quebrada
del río Tajo. No dejaron otro remedio. Y este remedio tiene el regusto
de la gloria. Pues bien, conocida la raíz de los males, ¿qué lenguaje se
utilizará para reconquistar la Unidad Católica? Empezaremos por el
¿queréis ser felices? ¿En qué os vais a agarrar para poner fin a la
disolución de la sociedad y del hombre mismo? ¿Quién es vuestro Dios? 4.4.
PARALELISMOS LAICISTAS ENTRE LA II REPÚBLICA REVOLUCIONARIA (1931-1939)
Y LA ACTUALIDAD. Las XX Jornadas expresan que sin Dios en las
instituciones todo lo malo ha sido y es posible. Recogemos
seis paralelismos fundamentales y cuatro diferencias. 1er
PARALELISMO: PÉRDIDA DE LA UNIDAD CATÓLICA POR LA TOLERANCIA RELIGIOSA. NO ES NORMAL NI BUENO que un país confesional
católico y de unidad católica, social y jurídica, asentada y secular,
entregue la unidad católica jurídica en el art. 11 de la Constitución
liberal-moderada de 1876 y, luego, una vez recuperada con el esfuerzo de
una guerra cruenta, y mantenida sin discusión durante 30 años, se
suprima en la ley de libertad religiosa en 1967. La “Dignitatis Humanae”
del Vaticano II no lo exigía, aunque este era el argumento, facilón y
equivocado, de los que votaron afirmativamente dicha ley. 2º
PARALELISMO: LA LEY COMO EXPRESIÓN DE LA MAYORÍA DE LOS QUE VOTAN,
DECLARADO DE FORMA SIMULTÁNEA Y CORRELATIVA AL ESTADO SIN RELIGIÓN Y
ATEO. Al final, es el hombre -ambicioso de poder- quien
se transforma en Estado, en cuanto que el Estado moderno contiene todo
el poder. Es el hombre y el mismo Estado quienes se adoran a sí mismos.
Es la misma imagen del hombre, representada en los que ocupan las más
altas instituciones públicas, el nuevo dios y señor. NO ES NORMAL NI BUENO que después de 55 años
(1876-1931) y tras 11 años (1967-1976) respectivamente a partir de dicha
tolerancia religiosa, se afirme que la ley sea expresión de la voluntad
mayoritaria sin restricción alguna. ¡Qué error tan ingenuo o capcioso,
el de quienes en 1976 hicieron creer que la reforma política de Suárez
sólo pretendía una mayor participación de la sociedad en la alta
política! En 1931 y 1978, el Estado hizo esta afirmación simultáneamente
a declararse sin religión. Por esto último y en ambos momentos, se
quebró la confesionalidad católica de los poderes civiles proclamada
siempre en España desde el año 589. Aquí está la clave del mal, porque
es un dogma de fe que todo poder procede de Dios, como lo es el reinado
social de Jesucristo. Si se quita a Dios, el puesto de Dios es usurpado
lógicamente por el hombre, aunque este último quiera –en principio-
cosas muy buenas. Así se inicia el rodar por esa pronunciada pendiente
que conllevará la destrucción moral y hasta física del mismo hombre en
aras de las ideologías o del egoísmo sensualista. En ambos
casos esto se hizo mediante una doble entrega, que tuvo como agentes los
titulares de la rama borbónica liberal. Me refiero a don Alfonso, que
entregó el poder al comité revolucionario en 1931, aunque las elecciones
del 14-IV-1931 fueron simples consultas administrativas (elecciones
municipales) en las que además triunfaron los candidatos monárquicos. Me
refiero también –y con todos los respetos- a don Juan Carlos, que confió
el poder en Adolfo Suárez en 1976, que había sido un hombre de confianza
ocupando un altísimo cargo en la estructura política del partido único
llamado el Movimiento. Ambos casos, con una nueva legitimación de
ejercicio, los titulares de la rama dinástica liberal en España chocaban
con las seculares reclamaciones de las que siempre habían hecho gala los
reyes legítimos de España, de la llamada rama carlista, que gobernaron a
sus leales desde el exilio. En ambos casos, en 1931 y 1978 se dio origen
a una Constitución agnóstica y atea práctica. Una vez que
el Estado se declara sin religión, pasa a buscar legitimarse en una
pseudo religión. Esta suele ser la “razón de Estado”, esto es, el mismo
Estado convertido en todo para sí. En un extremo se trata del Estado
jacobino según los Azaña y Rodríguez Zapatero, pero también del Estado
amigo de un laicismo moderado. Dicho
jacobinismo comparte sus posiciones con el actual centro político,
cuando se eleva la técnica de elección de los gobernantes a único
principio doctrinal y aún constitucional, cuando se relativiza los
contenidos más graves y asociales ante la existencia de las elecciones,
cuando se justifica el poder político únicamente en el número de votos,
cuando se niega que todo poder venga en última instancia de Dios, cuando
se confunde la elección con el poder y éste con la autoridad, y cuando
se produce, aplica,
consiente, o tolera leyes gravemente injustas. 3er
PARALELISMO. LA CEDA Y EL PP NO ANULARON LAS MALAS LEYES, NI TAMPOCO LA
CONSTITUCIÓN QUE LAS ORIGINABA. LA CEDA DEJÓ DICHAS LEYES SIN VIGOR Y
DESEABA MODIFICAR LA CONSTITUCIÓN, MIENTRAS QUE EL PP LAS HA ACEPTADO Y
PUESTO EN PRÁCTICA. Si la CEDA rechazaba la Constitución de 1931, el PP
ha aceptado plenamente la actual Constitución de 1978, pues no en vano
no pocos de sus miembros la aprobaron cuando pertenecieron a UCD.
Incluso quienes de AP (la Alianza Popular de Fraga Iribarne) votaron
“no” a dicha Constitución, una vez ingresaron en el PP la asumieron como
suya. 4º
PARALELISMO. COQUETEO DE LA DERECHA CONSERVADORA CON LA MASONERÍA
PRESENTADA COMO CENTRO. En 1933 la CEDA de Gil Robles triunfó totalmente en
las elecciones, y, sin embargo, gobernó el Partido Radical de Lerroux,
copado por la masonería. Así ocurrió hasta que el escándalo de straperlo
hundió dicho partido radical-centrista. Hoy día, la masonería está sin
duda infiltrada en el PP, mientras que anida a la descubierta en el PSOE
y en otros partidos aliados con él. No creo calumniar a nadie con este
aserto. 5º
PARALELISMO. HAY CATÓLICOS QUE VOTAN A PARTIDOS LIBERALES Y DE
IZQUIERDAS. ESTE VOTO, REDUCIDO EN 1931-1936, ES GENERALIZADO EN
1978-2009. En la República hubo católicos en el pequeño
partido liberal de Alcalá Zamora y Miguel Maura, así como entre los
izquierdistas. Si en ningún caso tenían la bendición eclesiástica, todo
el mundo conocía la oposición de la Iglesia a estos últimos. La
contradicción de los católicos votantes al PSOE, Izquierda Republicana,
Acción Republicana etc. era una gran tragedia, personal y colectiva,
fruto de la ignorancia de muchos y las falsas promesas de pocos, de la
propaganda y el engaño de los incautos, de celos indebidos, del
activismo y de unas u otras pasiones. 6º
PARALELISMO. EDUCACIÓN ÚNICA, OBLIGATORIA Y LAICA. NO ES NORMAL NI BUENO que unos padres o una mayoría
de padres, desee religión y educación católica para sus hijos, y vea
abiertamente burlados sus derechos. Los vieron burlados en la
Constitución republicana de 1931 que imponía la escuela única y laica,
que arrebatará los crucifijos de las escuelas, y que prohibía enseñar a
las órdenes religiosas. Los han
visto burlado cuando la ley de educación de Villar Palasí de 1972,
imponía un estatismo y tecnocratismo inadmisible, era anticatólica y
antiespañola, según lo demostró Julián Gil de Sagredo en Educación y
subversión (Madrid, 1973, 160 pp), y denunció la Comisión Cultural de la
Regencia Nacional Carlista de Estella el 28-I-1973. Lo han visto burlado
hoy cuando desde 1970, la práctica educativa seguida en muchos colegios
católicos vulnera su Ideario católico de Centro. Lo han visto burlado
cuando hoy, desde 2007, los Reales Decretos de la asignatura “Educación
para la ciudadanía” arrebatan la patria potestad de los padres
católicos, los derechos de los alumnos, y el Ideario de Centro
educativo, corrompiendo además –según creemos-
la conciencia de la juventud. Los
paralelismos son claros: los mismos dogos con distintos collares. IDENTIFIQUEMOS
AHORA LAS DIFERENCIAS. 1ª DIFERENCIA. LA CONSTITUCIÓN DE 1931 ERA
ABIERTAMENTE HOSTIL A LA IGLESIA, MIENTRAS QUE LA DE 1978 LO ES MENOS, y
hasta hace guiños sociológicos a la Iglesia, mencionándola especialmente
por vía de cooperación (Art. 16.3). Ya dijo la Pasionaria antes de 1964
que los comunistas vendrían con la cruz de la paz y con palabras suaves
a fin de engañar al pueblo español (Federico Wilhelmsen) (10). Sin
embargo, el PP es responsable de 11 puntos de fricción entre el Gobierno
de Aznar y la Iglesia, según publicó el diario “La Razón” (11). 2ª
DIFERENCIA. MIENTRAS LA CEDA SUSPENDÍA LA APLICACIÓN DE LAS LEYES
INJUSTAS DE LA IZQUIERDA, UCD Y PP HAN HECHO LEYES POSITIVAMENTE
INJUSTAS, TOLERAN LEYES QUE NUNCA DEBEN SER TOLERADAS, Y APLICAN LAS
MALAS LEYES EXISTENTES. La CEDA se queda como una hermanita de la caridad
ante la divorcista UCD, o la píldora del día después del PP, o
“Educación para la ciudadanía” y dar dinero a las madres abortistas
desde el Gobierno de UPN en Navarra o del PP en Madrid. A diferencia de lo actuado en la IIª República, hoy
es llamativa la aplicación y beneplácito de los liberales en la
destrucción de la sociedad y familia mediante el divorcio, el aborto, la
pérdida de la patria potestad, la adopción de homosexuales, las parejas
de hecho etc. Sabemos que
la posición y el Gobierno piensan en la práctica muy parecido en
materias morales y éticas. Incluso el PP de Aznar promovió y legisló
aspectos antinaturales y de forma electoralmente fraudulenta, pues por
ejemplo la RU-786 no estaba en su programa. 3ª
DIFERENCIA. NO ES NORMAL NI BUENO que un país de mayoría social
católica, de gran arraigo religioso, muchos votantes católicos
ignorantes (¡ay de los pastores de Israel!) y despistados, voten al PSOE
moderado o bien a un PP de formas conservadoras pero carcomidas por un
liberalismo radical y voraz. 4ª
DIFERENCIA. TOMA DE POSICIÓN: LA CEDA ESTABA CONVENCIDA QUE ERA DE
DERECHAS MIENTRAS QUE EL PP ABARCA DEL CENTRO-DERECHA AL
CENTRO-IZQUIERDA. Sabemos que el centro en 1931-1936 era masónico,
como también el Centro francés de la República previa a la IIª Guerra
Mundial. Esto nada tiene que ver con el Zentrum alemán frente a la
legislación anticatólica de Bismarck, el “canciller de hierro”, antes de
1890. Si se
identifica el liberalismo con el laicismo, una diferencia es que la CEDA
quiso ser de derechas dejando el centro al partido radical (de la
masonería), mientras que ahora el PP se vanagloria de ser de centro para
captar al electorado de izquierdas. Y mientras
tanto, ¿qué hacen los partidos llamados de centroderecha? PUES NO ES
NORMAL NI BUENO que muchos que se quejan de las consecuencias lógicas,
rechacen sus causas, esto es, el llamado Derecho político nuevo, el
liberalismo político, el racionalismo y naturalismo aplicado al Estado,
la política y las costumbres, y el positivismo jurídico. Una vez más
tiene lugar la crítica de Vázquez de Mella al liberalismo conservador,
para quien éste levantaba tronos a las premisas y cadalsos a las
consecuencias. NADA DE
ESTO HA SIDO NORMAL NI BUENO. Y ASÍ ESTAMOS COMO ESTAMOS. Dejemos el
ensayo y vayamos al testimonio. Huelga ponderar nuestra situación, donde
se desprecia a Dios públicamente y se asesina a cientos de miles de
niños en el vientre materno. El Infierno se ha desatado sobre España,
sobre la Patria de la Monarquía Católica. Veo un gran signo teológico en
todo esto. ¿Qué dijo el santo obispo de Cuenca, Mons. Guerra Campos
antes de que don Juan Carlos de Borbón aprobase la ley despenalizadora
(pero legitimadora) del aborto? AHORA, los
responsables de los males de ayer, VIENEN CON ALARMAS. Bien está, aunque
sea tarde, si la dicha es buena. SIN EMBARGO, nos tememos que muchos
sigan en sus errores raíces, errores que provocaron los males que hoy
sufrimos. Seguir con los errores de raíz es pésimo porque desvirtúan la
reacción que tiene que venir e impiden una restauración. Responsables
de nuestros males son los principios del liberalismo. Si nos referimos a
algunas personas, podemos señalar el Sr. Fraga Iribarne, del que
conservo una serie de artículos en la 3ª página de ABC, fechados en
1975, antes de la reforma política de Suárez de 1976. Fraga escribía
sobre el cambio y de la reforma, y en varias entregas proponía una
reforma religiosa, militar, social, jurídica, política, de las
autonomías, educativa y económica, para terminar con sus explicaciones
sobre “La monarquía de España”. Algunas personas le contestaron en la
prensa diaria “El Pensamiento Navarro” (12). Son responsables algunos
tecnócratas o “niños bien” que anidaban en el seno del Estado del
Régimen anterior a 1975. Son el conocido Ruiz Jiménez con sus “Cuadernos
para el diálogo” etc. Son las transicioncitas, las transaccioncitas
hasta promover el liberal-socialismo, UCD y PP entre otros. Responsables
de nuestros males son las prácticas de los católicos resabiados de
liberalismo, a semejanza de las que hubo en la Restauración alfonsina de
1974: legalistas, malminorista, oportunistas, reconocementeros, uniones
de los católicos con los liberales, transaccioncitas etc., tácticas
inútiles para el bien y utilísimas para el mal, en su día desveladas por
un nutrido grupo de pensadores, sobre todo carlistas y algunos
integristas, entre otros. Me refiero a Vicente de la Hoz como director
de “La Esperanza”, a Antonio Aparisi Guijarro, Fco. Navarro Villoslada,
Gabino Tejado, la primera época de “El Tradicionalista” de Pamplona
(Fco. M.ª de las Rivas), Cándido Nocedal, Benigno Bolaños “Eneas”, José
Domingo Corbato, Mariano Fortuny y Portell, José Roca y Ponsa, Juan
Vázquez de Mella entre los carlistas. Me refiero también a Ramón
Nocedal, Juan Manuel Ortí y Lara, Adolfo Clavarana, Manuel Sánchez
Asensio, Félix Sardá y Salvany, Botella y Serra, Juan Martín del Campo,
Manuel Sánchez Cuesta, Emilio Ruiz Muñoz (seud. Fabio) de “El Siglo
Futuro”, Manuel Senante entre los del sector llamado integrista. Citemos
también a Jaime Balmes, Ramiro de Maeztu, Vegas Latapie y tantos otros
de ayer entre el amplio sector tradicionalista restante. Yo creo en los verdaderos conversos. Hubo liberales
arrepentidos y, sin este arrepentimiento, hoy hubieran quedado
olvidados. Por ejemplo, se trata de muchos que después fueron brillantes
defensores del catolicismo y la Tradición española: Donoso Cortés,
Cándido Nocedal, no pocos “neocatólicos” y un largo etc. Hasta entre los
integristas, según decía Ramón Nocedal, sólo Botella y Serra, escritor
de “La Avalancha” –predecesor de “Siempre P’alante” de Pamplona- tenía
antecedentes totalmente limpios. Citemos también a García Morente, en
Francia a André Frossard, en Inglaterra a Chesterton, Belloc, Newman…
etc. Yo sí creo en la conversión de los corazones y de las sociedades. 5. COLOFÓN Ofrecer algo a la sociedad exige tener hecho un
largo recorrido interior, con muchos ingredientes utilizados y un largo
proceso de cocción. Exige partir de la tesis doctrinal, conjugar como
una unidad el Magisterio actual y perenne de la Iglesia, diferenciar
bien la situación del mundo con la de España, recoger la experiencia de
nuestros mayores y la nuestra propia, y retar al mal a que dé respuesta
de sí mismo. Lo cierto es lo de siempre: 1º) Se parte de la “Quas Primas” de Pío XI sobre el
reinado social de N. S. Jesucristo: “La
celebración anual de esta fiesta (de Cristo Rey) recordará también a los
Estados que el deber del culto público y de la obediencia a Cristo no se
limita a los particulares, sino que se extiende también a las
autoridades públicas y a los gobernantes; a todos los cuales amonestará
con el pensamiento del juicio final, cuando Cristo vengará terriblemente
no sólo el destierro que haya sufrido de la vida pública, sino también
el desprecio que se le haya inferido por ignorancia o malicia. Porque la
realeza de Cristo exige que todo el Estado se ajuste a los mandamientos
divinos y a los principios cristianos en la labor legislativa, en la
administración de la justicia y, finalmente, en la formación de las
almas juveniles en la sana doctrina y en la rectitud de costumbres”
(1925, nº 20). 2º) Ajenos
a homologaciones mundiales, la situación de España no es como la de
otros países. No somos tierra de misión igual que otros países, sino que
en España hay mucho misionado y bueno, aunque los frutos a veces estén
muy soterrados. Por supuesto, también entre nosotros son necesarios los
apóstoles y misioneros. Lo que quiero decir es que, si la corrupción es
abundante, se debe más a las leyes y gobiernos, a los medios de
comunicación creadores de ambientes, a las trampas del sistema político,
al juego que el liberalismo conservador hijo de la revolución hace a la
misma revolución… que a la voluntad del pueblo llano y a que lleve una
vida corrupta. Hay mucha gente buena, y mucha más podría haber de
existir unas condiciones externas mínimas. Esto es clave como argumento. Además, Pío
XI en “Dilectissima nobis” decía que si la separación entre la Iglesia y
el Estado es siempre un error, la situación peculiar de España,
básicamente católica, la empeoraba (1933, nº 15-22). 3º)
Fundándonos en la razón y la experiencia, sabemos que el liberalismo
moderado es la antesala al liberalismo radical. Este último se
identifica con el PSOE pero también, dentro de la dinámica del proceso
de la revolución, con aquel partido situado inmediatamente a su derecha,
el que sea. ¿Qué truco
ha seguido la revolución racionalista, naturalista y secularizadora? Ha
ido alternando, como en el siglo XIX hasta 1923, el paso lento de
ciertos tecnócratas, UCD y PP, con el paso rápido del PSOE y sus socios
naturales o coyunturales, no pocas veces visionarios y excéntricos. Desde hace
20 años y más los seglares católicos sin resabios liberales, y desde
hace 175 años los tradicionalistas o carlistas, avisamos lo que iba a
venir, pero quizás fuimos demasiado cautos al creer que últimamente el
paso no iba a ser tan veloz. En pocos años, por efecto de una mala
política (y no sólo en el sentido de una política superficial por la que
si en España falta la partitocracia no ocurre casi nada), los males se
han acelerado de forma increíble. Estamos ante una avalancha de males
que sólo puede frenarse con una avalancha de bienes. O bien que el
exceso de males provoque una sana reacción. En este último caso, dejar
que todo siga su curso origina un nuevo problema, y es: ¿a costa de qué
y de quienes? Por eso, se impone el buen trabajo del vendimiador y el
correspondiente sacrificio, para reconstruir la sociedad y la sana
política. 4º) El
ámbito de la política es necesario. Las malas costumbres atacan la Fe
católica, y se multiplican de ser toleradas indebidamente y si existen
unas malas leyes. Así, el hombre perece retrocediendo necesariamente
hasta el paganismo, pues la lucha no es del mundo racional y natural
sino de un todo en el que la razón y la naturaleza es sólo una parte. En
efecto, la redención de Cristo Rey encadenó para siempre y venció al
Maligno. Por eso, están equivocados quienes hoy se lamentan del
asesinato de cientos de miles de criaturas y mantienen sus causas, esto
es, todo aquello que permite o colabora una pérdida de la fe en la vida
privada, en la sociedad y en el Estado. Ya decía Dostoievsky que “si
Dios no existe todo está permitido”. No estoy de acuerdo con el dicho de que el sentido
común nos vaya a salvar, aunque sea cierto que es un terreno de alcance
universal y debemos apoyarnos en él. Por una parte, el sentido común en
España está, por nuestra propia configuración, vinculado de hecho a la
Iglesia católica y a nuestras mejores tradiciones. Por otro lado, no hay
que inventar nada, sino explicar, clarificar y purificar lo de siempre
de aquellas adherencias extrañas y coyunturales. Además, debido al
estado de naturaleza caída y a la necesidad de la Redención, no hay
sentido común en la práctica sin religión católica, sin Cristo. El
naturalismo y el deísmo, con el que empezó a presentarse el liberalismo,
y que tan bien desveló Juan Pablo II y actualmente Benedicto XVI, son un
craso error. Por algo N.S. Jesucristo vino al mundo y dio ejemplo de
vida, y además nos elevó a un plano sobrenatural que no anula la
naturaleza, sino que la redime, perfecciona y eleva. 5º) En los
momentos actuales, cuando muchos claman contra la situación existente,
es preciso la unión entre los que tenemos un denominador común: la
confesionalidad católica del poder civil. Que el
despertar no suponga un nerviosismo que divida, sino el sosiego del
convencido, del fiel, de quien siempre ha afirmado la soberanía de
Jesucristo en el individuo, la familia, las sociedades, los pueblos y la
suprema potestas de las instituciones civiles, de la cual el Estado
actual es una caricatura. Evitemos
las polémicas destructivas. Evitemos la desunión que produce el amor
propio, la vanidad, los recelos. El “todos juntos en unión” no es sólo
para con los más próximos, sino que se extiende hacia fuera en círculos
concéntricos. Para
terminar, leo del conocido escritor carlista navarro Francisco López
Sanz: “(...) Lo
decimos y lo repetimos: España tiene que encontrarse a sí misma, no
desviándose de puertas afuera y enloqueciendo por imitar y copiar todo
lo de unos como ayer enloqueció imitando y copiando lo de otros. Reconcentrémonos, echemos mano de la rica e
inagotable cantera de la Tradición, porque el pueblo que acometió la
tarea gigantesca de civilizar un continente y de dotarle de leyes y de
un gran patrimonio espiritual, no tiene necesidad de importaciones
ideológicas, de no ser en un caso de demencia en que desprecie lo bueno
por ser propio y acoja lo dudoso por ser ajeno” (13). Vázquez de Mella, diputado y orador también
carlista o tradicionalista, plasmaba todo un programa político con estas
palabras: “No pidáis
moralidad y justicia al Estado liberal, asesino de las naciones; porque,
como ha expulsado a Dios de sus principios y sus actos, sólo queda en él
lugar para el crimen. Es un ladrón en grande escala, que, después de
haber robado a los pueblos su honor, los despoja de su hacienda, y
concluye por burlarse de ellos con cínico sarcasmo, llamándolos
soberanos cuando pone sobre sus hombros los harapos de la miseria y en
sus manos la argolla de la servidumbre” (14). Así,
“Hagamos de cada corazón un ascua, que todas ellas se junten, que formen
una hoguera, que sus llamas tiñan el horizonte con sus resplandores; y
si tenemos la desventura y la desgracia de no haber podido realizar
estos ideales, que la generación que haya de sucedernos, al dirigir una
mirada hacia los que la precedieron, no lance una maldición, sino que,
como el caudillo de Israel, hemos visto en las lejanías del horizonte la
tierra prometida, y aunque no hemos podido restaurar íntegramente la
Patria, siquiera la hemos amado, la hemos conocido y sentido y les hemos
dado impulso a ellos para que la reconquisten y rediman” (15). Muchas
gracias, queridos don Jaime Serrano de Quintana y don José Ignacio Dallo
Larequi por permitirme abrir el telón de estas entrañables vigésimas
Jornadas (16). Y también
muchas gracias a todos vosotros, por haberme escuchado con tanto cariño
y paciencia. “Señor
Nuestro, restáuranos. Que brille tu rostro y nos salve”. Viva Cristo Rey
del universo. NOTAS: (1) VIZCARRA Zacarías, “Peligro para el bien
común”, Madrid, Rev. “Ecclesia”, nº 658 (sábado, 20-II-1954), pág.
204-207. Mons. Vizcarra era obispo consiliario General de la Acción
Católica Española. (2) VEGAS
LATAPIE Eugenio, La frustración en la Victoria. Memorias Políticas
1938-1942, Madrid, Actas, 1995, 540 pp. (3)
Maurice Bardeche Universitas nº 40, junio, 1976. Al Tercio de requetés
de Lesaca y luego San Fermín se alistó nere aita Teodoro Garralda Goyena
(Ochagavía en el valle de Salazar, Navarra) con sus 19 años, con sólo el
amor a Dios y el entusiasmo religioso en el corazón. (4) Con el
título “En perspectiva siete décadas”, ayer, el 15-IV-2009, don José
Javier Nagore Yárnoz, notario pamplonés desde 1944 y doctor en Derecho,
impartió una conferencia en Pamplona (Civivox Iturrama), organizada por
el Taller de Estudios Contemporáneos de Navarra –conservo mis notas-.
Vid. la web. y el blog del Boletín Carlista de Madrid (abril 2009). (5) Treinta
testimonios grabados: “Al Padre Dallo en sus bodas de oro sacerdotales.
20 diciembre 1958-2008”. CD José Luis Díez Jiménez, 2008, Radio JLD.
Unidad Católica de España. (6)
Laudatio por el nº 400 de SP’, Zaragoza 30 de abril de 2000 (7) Tales
como Jaime Balmes, Antonio Aparisi Guijarro, Cándido y Ramón Nocedal,
Adolfo Clavarana, Manuel Sánchez Asensio, Emilio Ruiz Muñoz (seud.
Fabio), Félix Sardá y Salvany, Juan Vázquez de Mella, Manuel Senante,
Ramiro de Maeztu y tantos otros de ayer. Discípulo también de aquellos
otros que escribieron en "La Avalancha", quincenal ilustrado católico de
Pamplona (1895-1950) y antecesor de “Siempre P’alante”, como Cristóbal
Botella y Serra (seud. Estanislao, Pedro Crespo), que considero el
equivalente a Ruiz de Galarreta, Juan Martín del Campo (seud.
Chafarote), Manuel Sánchez Cuesta (seud. Mirabal) etc. (8) En una
ocasión, el desaparecido “Diario 16” informaba al público sobre las
Jornadas calificándolas de “integristas”. No era de extrañar en
semejante diario. La vivencia íntegra del catolicismo no se expresa
adecuadamente con el calificativo “integrista”, pues este término hoy
tiene una denotación peyorativa. El resto de la noticia estaba en
consonancia con este temple. “Diario 16”, 10-V-1992, pág. 16. (9) Las XX
Jornadas anuales se han desarrollado bajo los siguientes títulos, y en
los correspondientes lugares y años: I.
Toledo 1989, La Unidad Católica II. Escorial 1991, Más sobre la Unidad Católica III.
1992. Unidad católica y las religiones falsas IV.
1993. El
liberalismo es pecado V.
1994. Los católicos y la política VI.
1995. Los católicos y la violencia VII.
1996. Los católicos, la Cristiandad, y el mundialismo VIII.
1997. Los católicos españoles y la propagación hoy de la fe IX. 1998. Los católicos españoles y sus relaciones con los católicos
XI.
2000. Los católicos y los asuntos pendientes en la vida pública XII. 2001. Los católicos en la vida pública española durante el último
XIV.
2003. Los católicos españoles y la Constitución de 1978 XV.
2004. Los católicos y el despliegue actual del Islam en España XVI.
2005 La movilización de los seglares católicos españoles XVII.
2006 Ante la próxima visita del Papa Benedicto XVI a España XVIII. 2007 Los católicos y la
memoria histórica XIX. 2008 Los católicos españoles ante el bicentenario de la invasión
(10)
WILHELMSEN Federico, El problema de Occidente y los cristianos, Sevilla,
Ecesa, 1964, p. 11. (11) “La
Razón”, Sec. “Fe y Razón”, Año II, nº 43, sábado 25-XI-2000. Irritación
de la Iglesia por la política del Gobierno de Aznar. (12) Por
ejemplo, la Junta Directiva del Círculo Familiar Virgen del Camino, en
“Los de ayer. ¿Todo para el pueblo?, pero sin el pueblo”, en “El
Pensamiento Navarro” (EPN), miércoles, 22-X-1975. Así mismo, Eulogio
Ramírez, “Las reforma religiosa de Fraga”, EPN, 11-X-1975. (13) SAB,
Relente (De los editoriales de “El Pensamiento Navarro”), Pamplona,
1942, pág. 18. (14)
VÁZQUEZ DE MELLA. Obras completas, Madrid, Junta del Homenaje a Mella,
1933, XXX vols. vol. II, pág. 251 ss., Artículo publicado en El Correo
Español el 01-02-1890. (15)
VÁZQUEZ DE MELLA, o. cit. vol. I pág. 104 ss., Discurso en el Teatro de
la Zarzuela el 31-05-1915. (16) Una
crónica de estas XX Jornadas vid. “Siempre P’alante”, nº 607; y en la
web. y blog del “Boletín Carlista de Madrid” (mayo 2009). José Fermín Garralda Arizcun (Pamplona – Navarra) A. M. G. D.
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