CONSAGRACIÓN A CRISTO REY
Ordenada por S. S. Pío XI para el día de Cristo Rey
Dulcísimo
Jesús, Redentor del género humano, miradnos humildemente postrados
delante de vuestro altar; vuestros somos y vuestros queremos ser y a fin
de poder vivir más estrechamente unidos con Vos, todos y cada uno
espontáneamente nos consagramos en este día a vuestro Sacratísimo
Corazón.
Muchos, por desgracia, jamás os han conocido; muchos,
despreciando vuestros mandamientos, os han desechado. Oh Jesús
benignísimo, compadeceos de los unos y de los otros, y atraedlos a todos
a vuestro Corazón Sacratísimo.
Oh Señor, sed Rey, no sólo de los hijos fieles que jamás se han
alejado de Vos, sino también de los pródigos que os han abandonado;
haced que vuelvan pronto a la casa paterna, para que no perezcan de
hambre y de miseria. Sed Rey de aquellos que, por seducción del error o
por espíritu de discordia, viven separados de Vos: devolvedlos al puerto
de la verdad y a la unidad de la fe, para que en breve, se forme un solo
rebaño bajo un solo Pastor. Sed Rey de los que permanecen todavía
envueltos en las tinieblas de la idolatría o del islamismo; dignaos
atraerlos a todos a la luz de vuestro reino.
Mirad, finalmente, con ojos de misericordia a los hijos de aquel
pueblo que en otro tiempo fue vuestro predilecto: descienda también
sobre ellos como bautismo de redención y de vida, la sangre que un día
contra sí reclamaron. Conceded, oh Señor, incolumidad y libertad segura
a vuestra Iglesia; otorgad a todos los pueblos la tranquilidad en el
orden; haced que del uno al otro confín de la tierra no suene sino esta
voz: ¡Alabado sea el Corazón Divino, causa de nuestra salud, a Él se
entonen cánticos de honor y de gloria por los siglos de los siglos!
Amén. *** ORACIÓN PARA
PEDIR EL REINADO DE CRISTO ¡Oh Jesús! Te
reconozco por Rey Universal. Todo cuanto ha sido hecho Tú lo has creado.
Ejerce sobre mí todos tus derechos. Renuevo las promesas de mi bautismo,
renunciado a Satanás, a sus seducciones y a sus obras; y prometo vivir
como buen cristiano. Muy especialmente me comprometo a procurar, según
mis medios, el triunfo de los derechos de Dios y de tu Iglesia. Divino
Corazón de Jesús, te ofrezco mis pobres obras para conseguir que todos
los corazones reconozcan tu sagrada realeza, y para que así se
establezca en todo el mundo el Reino de tu Paz.
*** ORACIÓN A
CRISTO REY ¡Oh Cristo, Tú
eres mi Rey! Dame un corazón
caballeroso para contigo. Magnánimo en mi
vida: escogiendo todo cuanto sube hacia arriba, no lo que se arrastra
hacia abajo. Magnánimo en mi
trabajo: viendo en él no una carga que se me impone, sino la misión que
Tú me confías. Magnánimo en el
sufrimiento: verdadero soldado tuyo ante mi cruz, verdadero Cireneo para
las cruces de los demás. Magnánimo con el
mundo: perdonando sus pequeñeces, pero no cediendo en nada a sus
máximas. Magnánimo con
los hombres: leal con todos, más sacrificado por los humildes y por los
pequeños, celoso por arrastrar hacia Ti a todos los que me aman. Magnánimo con
mis superiores: viendo en su autoridad la belleza de tu Rostro, que me
fascina. Magnánimo
conmigo mismo: jamás replegado sobre mí, siempre apoyado en Ti. Magnánimo
contigo: Oh Cristo Rey: orgulloso de vivir para servirte, dichoso de
morir, para perderme en Ti.
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