III CONCILIO DE TROLEDO

 

                CONVERSIÓN DE RECAREDO   (8 de mayo de 589)

 

 

Tras la victoria de Recaredo en la Galia Gótica, recibió la triste noticia de la enfermedad de su padre, y regresó a Toledo, llegando a tiempo de recoger su último suspiro. Habíase distinguido Leovigildo como legislador estableciendo el fisco real, y adoptando por primera vez las insignias que aún distinguen a los reyes de España: el trono, el manto, el cetro y la corona. Sucediole su hijo Recaredo, quien educado como su hermano Hermenegildo, bien pronto su tío, el obispo de Sevilla, Leandro, supo inculcar en su espíritu el conocimiento de la verdadera fe, y a los diez meses de su reinado, y después de haber hecho cuanto estuvo en su mano para armonizar, desde el punto de vista religioso, a los arrianos visigodos y a los católicos  hispanorromanos, declaró que abrazaba el cristianismo, y a pesar de todas sus preocupaciones, no pudo evitar que se fraguasen muchas conspiraciones, sostenidas por los obispos arrianos arrojados de sus sillas. Al mismo tiempo, el duque de Argismundo tramaba otro complot para apoderarse del trono y asesinar al que lo ocupaba, pero fracasado en sus  maquinaciones  y el monarca, ordenó la muerte del duque y de todos los que aparecían mas complicados.

Establecida la paz en sus dominios, quiso  Recaredo dar mayor solemnidad a su conversión al catolicismo, y convocó, al efecto, en Toledo, un Concilio General. con  asistencia de todos los obispos de España. Era éste el tercero que se celebraba, y a él presentose el Monarca con su esposa, luciendo todas las insignias y atributos reales.  Confirmó solemnemente ante aquella venerable asamblea su abjuración del arrianismo,  y  juró  en  su  nombre  y  en  el  de la reina Bada, que abrazaba y profesaba la fe católica y el símbolo de Nicea, reconociendo la igualdad de las tres Personas Divinas. Terminado  el juramento, un Prelado preguntó a la Asamblea si se adhería a los sentimientos del monarca,  y  el Concilio en pleno contestó que sí,  subscribiendo de seguida la profesión de fe de Recaredo, y quedando desde este solemne momento en  España proclamada la religión católica como religión del  Estado. Entretanto, Gontrán,  el único de los reyes francos que no quiso aliarse con Recaredo, promovía una guerra en la Galia Gótica, pero fue derrotado por el General español Claudio. Muerta la reina Bada, Recaredo pidió,  y obtuvo,  por esposa a Clodorinda,  hija del rey franco de Lorena, quedando así asegurada del todo la paz con los francos. Decidiose entonces Recaredo a fundir en una las dos ramas, germana y latina, igualándolas en derechos civiles, e hizo que la lengua latina reemplazase a la gótica en todos los dominios españoles del monarca.

 

Página 97, HISTORIA DE ESPAÑA  de José Luis  DÍEZ JIMÉNEZ

 

VOLVER